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Yo no fui la única que nació con una malformación en las manos.



Muchos creen que en mi casa la única que nació con una malformación fui yo, pues soy la que se muestra, la que sale en medios, la que es feliz así pero realmente somos dos los que nacimos con una singularidad en nuestras manos. Nosotros somos tres hijos: Maria Camila – Maria José y Alberto José.


Al ser la hija mayor en el momento de mi nacimiento mis papás sintieron negación, tristeza e impacto al darse cuenta de mi malformación, pues no esperaban que su primogénita naciera sin sus manos completas, pero la pregunta después de eso era: ¿Y si tenemos más hijos nos nacerán igual?


Ese cuestionamiento se lo hicieron muchas noches, pues aunque yo me convertí en el amor de su vida y me apoyaron incansablemente a ser auto suficiente e independiente el temor siempre iba a estar presente. Finalmente ellos tomaron la decisión y dos años después nació Maria José una niña simpática, llena de energía y sobretodo muy traviesa. Cheché como le decimos de cariño llegó para ser mi amiga incondicional, la que me saca de rumba , la que llora conmigo o se alegra de mis victorias , pero aunque ya éramos 4 en la familia mis papás no se sentían del todo completos pues siempre habían soñado con tener tres hijos y así fue… Alberto llegaba a llenarnos de ternura, hoy es un hombre emprendedor, inteligente y amoroso, el chiquito de la casa, un hombre que nació también con una malformación en sus manos leve pero que de que en cierta forma lo iba impactando según la etapa de crecimiento en la que estaba, ese hombre se convirtió en el amor de mi vida y mi debilidad pero sobretodo el que me enseña diariamente que no hay sueño pequeño si se lucha por el.


Puede que en muchos de sus casos los asuste el hecho de tener un familiar con algún tipo de malformación y aunque les he dicho siempre que eso no es ningún impedimento para su vida cotidiana o para desarrollarse como alguien normal pues en cierta parte entiendo su miedo. Pero Hoy quiero demostrarles que en esta familia (perfectamente imperfecta para mi) somos dos personas que nacimos con una “limitación” que de limitación no ha tenido absolutamente nada.


No podría decirles que es algo fácil pero creo que Dios nos manda así es porque tenemos la fuerza para superar los obstáculos que se nos van presentando en el camino y nos da la oportunidad de demostrarnos día a día a nosotros mismos que una parte del cuerpo no es vital para nuestra vida.


Muchas veces compartí operaciones con Alberto y como les dije su malformación él era más leve pues tiene sus dedos completos, 5 en cada mano lo único es que nació con varios de ellos pegados unos con los otros, por lo que después de algunas cirugías estaba perfecto como si nada hubiera pasado, una que otra cicatriz que le recuerda lo fuerte que fue. Pero lo más importante de todo eso es que aunque la posibilidad existía, tanto mi mamá como mi papá decidieron arriesgarse al reto más hermoso de crear y formar una familia como la nuestra.


Hoy ya todos somos mayores de edad , cada uno con sus proyectos y ver cómo nos realizamos en nuestros campos de trabajo o en nuestra profesión es realmente fascinante, ver que nada es pequeño si luchas y nada es imposible si tu cerebro y mente están abiertos a que eso ocurra.








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