7 de diciembre
Hace poco, la alcaldía de Bogotá lanzó una campaña que logró sorprenderme. Enrique Peñalosa con simple juego de manos nos mostró la otra cara de la época navideña. Para quienes se sienten des contextualizados del porqué habló sobre esto, lo que pasa es que hoy en Colombia se celebra la noche de las velitas. Una noche que irónicamente apaga la luz de muchas personas.
Cuando vi el comercial, sentí que a pesar de todas las cosas malas que han pasado al final de este año 2016 en Colombia y en el mundo, algo estaba bien. Y saben que, me sentí identificada. Sentí que por fin le estamos sacando provecho a la diferencia. Y que le estamos dando a la sociedad ese algo que nos faltaba.
Así pues, recordé una historia de un 7 de diciembre que quise compartir con ustedes; una vez estaban prendiendo velitas en la cuadra y vi a un señor con varios voladores (pólvora) prendiéndolos y lanzándolos, estaba feliz tomando licor mientras se reía con sus amigos. En ese momento llamó a su hijo y le dijo:
-Venga y aprenda a lanzar los voladores mijo- el niño estaba asustado, pero aun así el señor lo cogió y le explico cómo hacerlo, le dijo -Sea macho que solo es pólvora-
En ese momento me di cuenta que muchas veces como padres, hermanos, amigos incitamos a los demás a hacer cosas que no son correctas solo por el fervor del momento sin darnos cuenta de las consecuencias que pueden llegar a generar.
Ese día el chiquito de la casa de al lado me pregunto:
-"Cami ¿cierto que tienes las manos así porque te quemaste con pólvora? A mí me da miedo que me pase lo mismo"-
Yo sin pensar le dije – “Sí, así que por más que te digan e insistan pipe, no debes coger pólvora. Ni siquiera las chispitas mariposas porque puedes quedar como yo”-
No sé qué tan malo fue mentirle a un niño yo solo buscaba enseñarle y me aproveche de la situación pero hoy puedo estar segura que pipe tiene sus manos completas y un buen recuerdo de navidad.
Hoy de nuevo un 7 de diciembre, viendo el comercial del que les hable anteriormente y recordando esa historia, solo espero que en cada calle o en cada casa celebremos con la consciencia suficiente, haciendo que la luz más importante no se apague, la de nuestros corazones ( así suene cliché).
Mi deseo para esta noche es que todos los niños puedan contar hasta cinco, no como peñalosa o como yo, sino como niños.
vídeo del comercial: