Cosas de niños
Puedo asegurar que lo más difícil de nacer con una malformación, es aceptar que naces así y que no puedes hacer nada al respecto, entender que así te mando Dios y que lo único que te queda es tomar una decisión de cómo quieres llevar tu vida.
En mi caso no fue tan duro afrontarlo porque es algo que vino conmigo (en el paquete como digo yo) pero cuando vas creciendo y te vas descubriendo, es donde tienes que tomar la decisión definitiva: lo aceptas y vives con tu malformación feliz o te avergüenzas, te amargas y por de bajeas. Yo elegí la primera, aunque eso no significa que no haya tenido momentos de dolor, humillación y mucho llanto.
Estoy absolutamente convencida que los momentos más vulnerables para una persona es el colegio ya que no hay nadie más cruel y sincero que un niño, ellos no saben que las palabras dichas pueden llegar a herir el alma y el corazón todo porque la inocencia es atrevida.
Historias sobre niños hay millones, una que mi mamá recuerda mucho es que estábamos ella y yo en el parqueadero de la casa arreglando la decoración de Halloween y llegó un niño de aproximadamente 5 años y preguntándome:
– Ay ¿por qué tienes las manos así?-
Mi mamá se quedó pasmada esperando a ver que contestaba su chiquita de 4 años, a lo que contesté:
– No sé porque las tengo así, lo que sí sé es que cuando sea grande las tendré tan hermosas como las de mi mamá –
Mi mamá al escuchar eso se arrodillo , me abrazo fuerte y me dijo:
- Muy bien contestado mi princesa cuando seas grande te puedo asegurar que verás tus manos mucho más lindas que las mías-
Y tenía razón, hoy las veo hermosas.
El jardín y el colegio son las primeras pruebas que nos ponen nuestros padres y la vida, es el momento donde soltarnos les aterroriza más de lo normal , sienten miedo de que nos hagan daño , de que nos traten diferente y de que nos pregunten cosas “inapropiadas” como : ¿porque naciste así? , ¿Qué te pasó? o comentarios como: “esa niña no tiene dedos” son expresiones duras pero necesarias para formarnos, para aprender a defendernos, para ir creando nuestro propio autoestima.
Foto: por mi mamá minutos antes de irme con papá al jardín.
Mi papá siempre ha sido sobre protector con todos nosotros pero en ese momento yo era su única hija , así que me consentía a más no poder, mi mamá le pidió el favor que me llevará al jardín ( no era el primero al que iba) y él acepto llevarme para cerciorarse de estaría bien.
Llegamos al jardín me dio un beso y me dijo:
- Tita vas a estar bien, tu papito está pendiente de ti-
Lo abrace y entre al salón de la mano de mi nueva profesora , pero él como papá exagerado decidió quedarse un rato mirándome tras la reja que estaba cerca intentando que yo no lo viera, se quedó media hora viéndome jugar.
Salimos al parque con todos los compañeros y uno de ellos me quito el chupo que tenía en las manos, al yo no dejarme él me pegó en la cabeza y mi reacción fue voltearme y pegarle más duro… claramente el niño lloro y la profesora salió corriendo, lo primero que hizo fue regañarme y cogerme del brazo por lo que me puse a llorar instantáneamente.
Mi papá al ver eso entro corriendo me alzó y le contó a la profesora lo que había sucedido realmente. La profesora intento disculparse pero mi papá me cargó y me saco del jardín diciendo que no estudiaría ahí.
Ese fue mi primer y último día en ese jardín infantil, por lo que mi papá llegó a la casa de nuevo conmigo intentando explicarle a mi mamá lo que había pasado.
Sin saberlo ese día mi papá se dio cuenta que yo podía defenderme sola, que claramente los niños son niños y que iban a decir o hacer cosas que posiblemente me causarían dolor, pero yo tenía que descubrir la forma de salir de eso, de levantarme, de entender que no podía dejarme.
Así fue como poco a poco enfrente mi jardín, compañeros, profesores y luego el colegio (que termina siendo otra historia aún más larga y complicada).
Sé que puede sonar difícil para alguien que tiene su hijo pequeño y que siente miedo pero les aseguro que la mejor forma es que los dejen ser ellos mismos, que no los atajen, que los dejen vivir y experimentar. Muchas veces ustedes como padres quieren hacernos todo pensando que nos están ayudando y realmente no es así, nosotros debemos desarrollar nuestra motricidad, fuerza, destreza y personalidad solos pero siempre con su acompañamiento y amor.
Hoy solo les puedo dar gracias a ellos dos porque me dejaron ser. Su cuidado y cariño conmigo fue tan bueno, que puedo hablarle al mundo y devolverle un poco de lo mucho que ellos me enseñaron: Volar.