Un empujoncito
Vivía en Cali en ese momento, una de las ciudades más lindas que conozco. Estaba en sexto semestre de la universidad y me llamaron para ser modelo de una marca de cigarrillos (de la cual me reservo el nombre) en un concierto que se realizaría en las canchas panamericanas desde las 7 de la noche.
La llamada del manager de la marca de cigarrillos fue el día anterior , había visto unas fotos mías y le gustó. Por eso me seleccionó con un grupo de 5 mujeres más. Ese mismo día me dejaron el uniforme en la portería de mi casa y me dijeron que llegara vestida al evento, cosa que efectivamente hice. Yo a él no lo conocía pero sí a la agencia y a la marca que él representaba, así que me desperté temprano, hice unas vueltas con mi mamá y llegue muy bien arreglada al evento dos horas antes para las instrucciones y para conocer a mis compañeras de trabajo de ese día.
Una vez me presenté él miro mis manos e hizo una cara de desconcierto, alzo la mirada y me dijo: “Camila tu uniforme está roto en la parte de atrás, cámbiate con tu ropa mientras yo te consigo otro”. Yo lo mire un poco confundida porque yo sabía que no era así, mi uniforme estaba perfecto pero aun así le hice caso y me fui a cambiar.
Le entregué el uniforme y me dejó esperando como 10 minutos, en ese momento vi que le dio mi uniforme a otra joven que estaba ahí y ellas empezaron a trabajar. Él literalmente me dejo tirada y humillada, no fue capaz de darme la cara simplemente no volvió.
En ese momento se me salieron las lágrimas y llame a mi mamá pidiéndole que me recogiera, que la necesitaba. Pero como la vida es tan justa y el karma llega más rápido de lo que uno se imagina, colgué con mi mamá y escuche que me gritaron: “¡Camila!” era un camarógrafo con el que había trabajado hace un tiempo, me dio mucha emoción verlo, me abrazo y me dijo: - “Cami ¿Qué haces aquí? ¡Ayúdame grabando una nota para el programa! -
Oír eso me iluminó todo, cogí el micrófono y empecé a grabar las notas del concierto y hacer el cubrimiento con los asistentes , cuando depronto me tope de frente con el manager me le acerque con la cámara y le dije:
-Señor una pregunta para el programa: ¿Usted cree que una joven por tener alguna malformación en sus manos es menos que otra persona?
-ehh, pues yo no…
- Ah no, ya me acorde que usted juzga y ni siquiera tiene las agallas de poner la cara.
Me di la vuelta y me fui, el camarógrafo me miró y me dijo: “¿qué acaba de pasar ahí? No entiendo nada”. Yo seguí grabando y cuando se terminó el concierto le conté.
Ese día no sé si le di una lección al manager, lo que sí sé es que él me la dio a mí porque me di cuenta que la fuerza está en el interior de cada uno, solo que a veces se necesita un empujoncito.